jueves, 14 de julio de 2011

Materiales de construcción



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Este lunes invité a un ingeniero civil, colega de la licenciatura, que decidió seguirle por la carrera académica y científica en esta disciplina, Dr. Ángel Ismael Cárdenas Martínez. No es común encontrar ingenieros civiles con doctorado, pero su interés por los materiales para construcción, específicamente los concretos y sus agregados, lo llevó a vivir un tiempo en Chihuahua y especializarse en ciencia de materiales. Actualmente es el Jefe del Laboratorio de Materiales y Jefe de Geotecnia y Servicios Externos en la Facultad de Ingeniería de la UASLP, además de su actividad como investigador y profesor.

Comúnmente se piensa en la ingeniería civil como una actividad muy práctica que consiste en seguir fórmulas para que una casa no se derrumbe y listo. Y claro que si se utilizan metodologías para cálculo y la práctica consiste en seguir las reglas, pero el desarrollo de la metodología para saber las cargas, capacidades, diseño de estructuras de cualquier material, requieren de conocimientos profundos.

A través de los años se ha desarrollado la construcción como la conocemos. Antes los muros eran gruesos para soportar todas las fuerzas que actúan sobre estos. Ahora los muros son delgados, se refuerzan con castillos de concreto armado, es decir, una mezcla de cemento, grava, arena y agua con varillas de acero. Esto es lo que Ángel estudia particularmente, conretos y sus resistencias y manera de fabricarlo, para garantizar columnas, trabes y hasta pisos que resistan desde el caminar diario hasta un sismo.

Una tendencia actual es la construcción amigable con el ambiente, donde los materiales sean producidos con menor contaminación en su proceso, donde los materiales no contengan elementos tóxicos, donde se logre el reuso y que cuenten con capacidades térmicas y acústicas, es decir, que nos protejan de los ruidos y de los cambios bruscos de temperatura. Esta tendencia ambiental, que va penetrando en todos los campos del conocimiento, ayudará a que nuestros espacios habitables sean más cómodos, gastemos menos energía eléctrica, sean más luminosos y que se integren al ciclo de vida natural de mejor manera.

Le pregunté a Ángel Cárdenas sobre la investigación que se realiza en México en esta materia y la respuesta, previsible, fue que no como se requiere. Los recursos que se concursan a nivel federal o estatal no favorecen este tipo de investigación y el número de profesores con doctorado en licenciaturas de ingeniería civil es muy bajo. Esto contrasta con otras disciplinas donde se está desarrollando la actividad científica de los profesores, como profesor-investigador, a la par de las actividades de docencia.

Nos vemos pronto.

Verano de la ciencia 2011

Esta semana tuvimos en el estudio a dos estudiantes que tuvieron el atrevimiento de apuntarse conimgo para guiarlos durante este Verano de la Ciencia 2011 de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí para dar una probadita de la investigación científica para saber si les gustaría continuar este tipo de carrera al terminar sus estudios.

Los valientes son Jorge Antonio Rodríguez Cancino, estudiantes de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y Eduardo Dávalos Becerril de biología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ambos tuvieron que sacar arriba de 8.5 de promedio general en sus carreras para se elegibles a concursar por una beca para estar 6 semanas en nuestra ciudad y trabajar conmigo en alguno de los proyectos en los que trabajo.

En este caso les llamó la atención una propuesta para estudiar algunas plagas y los procesos aerobiológicos que las pueden dispersar con caso concretos para México y de mucho interés para la industria agrícola. Durante estas 4 semanas que llevan en San Luis Potosí, aprendieron a analizar diversas variables climáticas que determinan el desarrollo de organismos patógenos que pueden afectar cultivos. Para esto, se entrenaron en el uso de Sistemas de Información Geográfica con los cuales lograron analizar espacialmente la presencia y desarrollo de estos organismos.

Luego, tomaron la información de algunas plagas de importancia y aplicaron el modelado aerobiológico Hysplit (http://ready.arl.noaa.gov/HYSPLIT.php) para encontrar los patrones de dispersión de la Cochinilla rosada del hibisco y del vector de la enfermedad de los cítricos Diaphorina citri, que han impactado de manera importante diversos productos del campo mexicano.

Para completar el estudio realizaron un análisis de riesgo tomando en cuenta las condiciones favorables para el desarrollo de cada plaga a través de modelos biológicos y de la ubicación de sus hospederos.

Este análisis de riesgo y las metodologías utilizadas por ellos les han sido útiles para incluirlas en sus propias propuesta de tesis de licenciatura para aplicación a otros organismos.

Jorge, por su parte, está interesado en aplicar parte de lo aprendido para analizar 4 plagas que afectan los bosques del municipio de Altamira en Chiapas y Eduardo, aunque más interesado en la entomología, podrá aplicar estos nuevos conocimientos para futuras aplicaciones en los insectos de su preferencia.

Aprovecho para agradecer a la Secretaría de Investigación y Posgrado y a la Rectoría de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quienes lograron, a través de recursos económicos y humanos, además de una excelente logística y administración. Tanto mis estudiantes invitados y el total de los 329 estudiantes que recibieron la beca, están logrando experimentar, ya sea en nuestra universidad como invitados o nuestros alumnos como invitados en otras universidades de México y el resto del mundo, una pequeña muestra del mundo científico. El augurio es que este programa crecerá durante los próximos años y estoy seguro que es un semillero de futuros investigadores para nuestro país.

Nos vemos el lunes para platicar sobre investigación en ingeniería civil y de materiales.

¡Haz de la ciencia tu estilo de vida!